Tan pronto como despertó, de un zarpazo se levantó y escribió con pluma fuente. Estaba mareado, demasiado intempestivo y esporadico. Y con una sed fugaz de expresar sus ideas, su visión y ambición apuntó:
P:
No es tu nombre para mí con D ni P. Es con B. Ayer intuí por qué la afección, la conexión, el flash de primera vista mientras bajabas del autocar. Tu sonrisa prepotente y tu mirada elevada. Un apretón de manos y manos a la cintura. Allí no supe, ahora lo se. ¿Ya leíste del otro yo, y de mi y de tu? De la noche de las estrellas, las soirees con la aurora boreal y el plan a futuro, recuerdo el brillo de tus pupilas. Las interjecciones que eran cacofónicas para todos, y yo las cincele en el deseo de verte. ¡Qué de mí si te veo! En verano mejor…
Y tú entiendes, porque hoy pensé en el futuro. Entre las líneas de mi mano estás tú y algo más. Esta mi continente y el tuyo. Las islas británicas, qué decir.
Te llamo mañana.No ocupes tu teléfono.
A.
Send.
Después de la ducha, el rito de cada mañana. Salió y tuvo su día sin recordar más. Sin embargo, la seguridad se percibia. Él era y es feliz por el hecho de saber de P, o más bien B que le correspondía en la distancia. Él estaba contento. En clase de Econometría se sentó a escribir:
P:
Enfrente de mí está tu sombra. No pienso en ti frecuentemente, más hoy lo hago. Te necesito abrazar en mi mente. Tú en otro continente, me place la idea de dos horizontes paralelos en diferente panorama y visualización. El equilibrio vendrá a su paso.
A.
Send.
Y ella llegó. Cenaron juntos, era un juego, un entretenimiento. En realidad no era Ella, era otra persona P. ¡Qué actor tan bueno eres! Te felicito, te suplico no hieras sus sentimientos, ni el de tus amigos, ni el de tu familia, ni los de P, ni los tuyos. Llamó por teléfono, contesto P y su corazón se estremeció. Taquicardia. Colgó y marcó de nuevo. Taquicardia y una conversación de una hora, que no tuvo tiempo, ni espacio. Colgó, leyó el final de Dialógos de Platón y se preparó un Fondue au Chocolat. ¿Sabes, la vida de A estaba completa y segura, porque a lo lejos, dentro del otro continente estaba P, o más bien B?
P:
No es tu nombre para mí con D ni P. Es con B. Ayer intuí por qué la afección, la conexión, el flash de primera vista mientras bajabas del autocar. Tu sonrisa prepotente y tu mirada elevada. Un apretón de manos y manos a la cintura. Allí no supe, ahora lo se. ¿Ya leíste del otro yo, y de mi y de tu? De la noche de las estrellas, las soirees con la aurora boreal y el plan a futuro, recuerdo el brillo de tus pupilas. Las interjecciones que eran cacofónicas para todos, y yo las cincele en el deseo de verte. ¡Qué de mí si te veo! En verano mejor…
Y tú entiendes, porque hoy pensé en el futuro. Entre las líneas de mi mano estás tú y algo más. Esta mi continente y el tuyo. Las islas británicas, qué decir.
Te llamo mañana.No ocupes tu teléfono.
A.
Send.
Después de la ducha, el rito de cada mañana. Salió y tuvo su día sin recordar más. Sin embargo, la seguridad se percibia. Él era y es feliz por el hecho de saber de P, o más bien B que le correspondía en la distancia. Él estaba contento. En clase de Econometría se sentó a escribir:
P:
Enfrente de mí está tu sombra. No pienso en ti frecuentemente, más hoy lo hago. Te necesito abrazar en mi mente. Tú en otro continente, me place la idea de dos horizontes paralelos en diferente panorama y visualización. El equilibrio vendrá a su paso.
A.
Send.
Y ella llegó. Cenaron juntos, era un juego, un entretenimiento. En realidad no era Ella, era otra persona P. ¡Qué actor tan bueno eres! Te felicito, te suplico no hieras sus sentimientos, ni el de tus amigos, ni el de tu familia, ni los de P, ni los tuyos. Llamó por teléfono, contesto P y su corazón se estremeció. Taquicardia. Colgó y marcó de nuevo. Taquicardia y una conversación de una hora, que no tuvo tiempo, ni espacio. Colgó, leyó el final de Dialógos de Platón y se preparó un Fondue au Chocolat. ¿Sabes, la vida de A estaba completa y segura, porque a lo lejos, dentro del otro continente estaba P, o más bien B?
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