Cuando me llueve por las noches, no entiendo la capacidad de ninguna persona. No entiendo la situación por la que vivo. Pero si en las noches es fresco entonces puedo pensar más en la situación que la noche anterior no me dejó dormir. Por eso siempre escucho hacia el norte, para mentir una mejor recepción y para orar hacia Dios. Y aunque encuentro estas contradicciones no puedo dejar de actuar. Mi actuación es tácita por el mundo, si yo sólo me autodescubro y dejo entrever partes que me convengan para acentuación con el tercer. Así me declaro y me declararé buen actor, encerrado en la máscara de la soledad, del solsticio de la vida que a veces me cansa pero me hace seguir por una vereda especial.
Recorro el mundo con una prisa súbita que no me doy cuenta del balance a seguir, del interno goteo de sangre que corre con determinada derivativa. No lo puedo explicar en ese seguir, en el sentimiento de tortura, de auto tortura. Por eso no me baño cuando la luna toca mi pecho y cuando la marea del río en mi ventana marca un nivel taciturno, de izquierda a derecha y llena mis sentidos con aromas no agradables. Así propongo una desilusión, una desconcertación e incertidumbre a la vida que tendré cinco minutos adelante.
A mi manera, te sigo en mi revolución diaria, para poder mostrar tu interacción hacia el cinturón. Te plazco a ti vida de la vida en conjunto a mi ser. Te plazco porque sé que así eres radiante y soy oportuno ante tu faz. Así pues, comento mi ser, acaricio el viento y vuelo en la pluma de un cóndor que hasta a punto de morir, quemarse y renacer.
Recorro el mundo con una prisa súbita que no me doy cuenta del balance a seguir, del interno goteo de sangre que corre con determinada derivativa. No lo puedo explicar en ese seguir, en el sentimiento de tortura, de auto tortura. Por eso no me baño cuando la luna toca mi pecho y cuando la marea del río en mi ventana marca un nivel taciturno, de izquierda a derecha y llena mis sentidos con aromas no agradables. Así propongo una desilusión, una desconcertación e incertidumbre a la vida que tendré cinco minutos adelante.
A mi manera, te sigo en mi revolución diaria, para poder mostrar tu interacción hacia el cinturón. Te plazco a ti vida de la vida en conjunto a mi ser. Te plazco porque sé que así eres radiante y soy oportuno ante tu faz. Así pues, comento mi ser, acaricio el viento y vuelo en la pluma de un cóndor que hasta a punto de morir, quemarse y renacer.
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