Sunday, December 04, 2005

Italian Sigues

Es de notte. Y entró y ahí están. Tutti tutti. Y mi mente vuela y descubro aquella pasión latina. Suenan las doce y no he dormido. He caído y sólo veo de abajo a arriba. Tengo hambre pero ya está todo cerrado. Tortellini. Y no es ciudad de la Toscana o Liguria o Benetto, sino de Vikingos. A dormir.
Guarda… shhh il tipo non vedi? Shhh scusati.
Tengo hambre y no puedo dormir, quiero imaginarme a la Roma, a la Finlandia acariciando los momentos donde hablas con tu acento. Desnudarte con la mirada, comerte a secretos. Pazzesca. No te puedo contar, no te enteras aun. Despierta por favor y sal aunque ya es de noche.
Calla y calla. Me siento vacio, solo con tus ches y ches me tornas. Me tornas, te lo digo.

Thursday, November 03, 2005

Aprendemos de pastiches y un abrazo

Y él, y él se encontraba en un pub, QAF era su nombre, recién lo habia descubierto en High Street. No se encontraba, se había dormido. Un brazo sobre el otro y luego la cabeza encima de la mesa. Y soñaba. Afuera el tráfico, el castillo, los borrachos, el mundo. Y entonces soñó del agua caribeña de tus ojos, la playa, la tranquilidad que infundía el agua, la seguridad, la incertidumbre del peligro y la belleza. Y el panorama cambió. Él se yacía en su cama, con un teléfono en la mano casi dormido y dos lágrimas recién nacidas. Eran las 2 de la mañana, había sido triste y doloroso. Y durmió, y en su sueño rescató la esperanza en el barco de Venus. Cuando él y él se veían a los ojos y se desnudaban el alma en una complicidad secreta sin saber la fuerza, ni su magnitud acaso su dirección un tanto incierta. Y soñó también el mar, era el mismo lugar donde se encontraba en su sueño realidad. Ahora se mecía él; y él en su balance sólo lo contemplaba. Esperaba, esperaba sin saber qué esperar. Allí yacía él, pero despertó.
Eran las 6:00 en Greenwich. Pagó y se encaminó al castillo, Castle Park. Y frente al lago suspiró y pensó. Quizas un abrazo de él. El discman traía una antología creada por él de Cullum y Bublé. Lapiz y papel y una postal del Wivenhoe Park Hotel y escribió.

Ti voglio bene.

Y repasó con su lápiz B2 una y otra vez y sólo pensaba. Posiblemente no pensaba en nada, sólo sabía que hay un lago atrás y un castillo adelante, y que el lago hacia él era inmenso. Pero lo podría cruzar. Sólo si se lo proponía, si en verdad lo consideraba, y así podría llegar al cuadro de Constable. Y así siguió soñando y soñando, y en el sueño lo encontró. Estaba allí en Wivenhoe y lo vió y se acercó a él.
Mientras caminaba a verlo. Él sólo veía su reflejo en el lago. Una niñez que compartió con pocos, un amuleto del futuro, un augurio a lo inesperado, un corazón ardiente que revivió como Fénix. Él se acercaba y sólo borró los deseos de correr y decirle todo, contarse la vida, saberla del otro. ¿En qué estaba pensando él? No lo sabía. Y así …
Así…
Él escuchó mencionar tu nombre. Era uno de esos momentos, para él frecuentes, en que simplemente oía las cosas, y la realidad fluía como si empujaras plastilina líquida a través de un popote; espesa. Pensó en lo inconexa que era tal evocación en aquel cafecillo. Si, aquel nombre, el nombre, finalmente poco más que un vago título, y pensó en todo lo que una simple secuencia de caracteres podía englobar. Nuevamente se dejó arrastrar en la candente corriente de magma que de alguna forma lo hacía fluir. Pensó en todo lo que hicimos, en las tardes de trabajos, aún en nuestra infancia, en lo tiempos en que la vida era poco más que mamar y en que todo era simple y tal vez un poco más divertidos. Se fue a los tiempos en que había futuro, porque tres años eran tanto más que una eternidad. Pensó en los trabajos, en nuestro voluntario enclaustramiento. Pensó también en ti, en lo frágil, en lo simple, en lo infantil que siempre fuiste. [Pensó también en lo impresionante que era como se mantenía caliente su café en esos vasitos] De pronto se percató de lo que había escuchado apenas, y entendió, que finalmente nunca lo dejarás de sorprender. Te vio entonces, mientras tres años fluían como un torrente de agua crispida, clara y acelerada, entendió sobre la amistad y sus secretos, sobre venirse a encontrar a viejos amigos de otros cosmos a un simple café de ciudad. Pensó sobre los que son amigos desde hace siglos. Pensó sobre las coincidencias y sobre lo mucho que te quiere. Te abrazó. Te susurró algo al oído y al fin entendiste.

Sunday, September 04, 2005

Dovresti imparare da lei, ed come non, cossì arriverò (Senza accenti nel testo)

Vengo da Londra, ho partito di Waterloo per andare a Parigi. C’e il 18 luglio. Dovró arrivare nella Gare du Nord finalemente.. e si, dopo di parlare con lei, ho letto tanti paroli di Plantagenetti e Normandi.
Non posso, non ho avuto la possibilitá... ho faccio come un dormente. Lei a siniestra.
E cuando sono svegliato, lei rimaneva la vicina, carina, con questa liberta e come quale serena, con i sui occhi fermati che potevano lasciare un spetaccolo de bleu e rosso. Lei sei svegliata ed ha detto “Casso, che questa siesta ere necesaria. Un po d’aire e dopo a la stessa attivitá de serenitá.

“Mesdames et mesieurs, nous sommes arrivés a Paris” Questo era tutto, Paris, la citta cosmopolita chi arde con il fuoco dal inferno nel centro de la luce delle sole. E la i fiumi. I fiumi da gente. Il divertimento era salire dal RER ed arrivare all’hotele quasi dormito e chiuso con il mondo. C’erano le sei, la, quella seratina. Ardente da festa, da festa musicale e con quella masturbazione teatrale.

Thursday, August 25, 2005

¿Será o no? Para nosotros.



Camino con miedo por Villa du Clos de Malevart. Vivo allí. Y así conozco sus calles con miedo y no sólo eso St. Michel, Cluny, Madeleine y allí.
Y es que se trata del desencanto de la que amé, que ahora se desmorona, que no permite la ayuda de quien alguna vez pudo crecer. Tarareo mientras la gente se cae a mi alrededr, se agarra del primero y blasfemo del segundo. Para ellos, la ayuda les ayuda, si no es como viven, para nosotros es la ayuda su contrario.
Por ahora guardo silencio, para que no escape lo óptimo que podría ser este lugar. Na, na, na y así es que sigue la canción.
Discúlpame Francia, pero has perdido una forma de ser. Disculpa pero ya no eres mi favorita. Adieu.

Friday, August 19, 2005

Don't you worry, I still love you.

The extension of my domain expands as my world collapses in three tears, as my body shakes, I think about those days and then I enter with certain uncertitude. There I get the world of depression. It is just for today, as I had my drug. The Argentinian one.
Wellcome down to the new lane, of the pictures that don’t allow you to see each pixel. I introduce you to my companion which is sporadically in there. Silence (3 seconds). What makes you different from me, as you extend your wings for me in your far deep eyes. I do believe in myself. What do you know if it is important to look at your transparent soul? It is. There I believe I have been a saint, with immaculate thoughts that converge in each of your movements, which may not be in order. There is the contradiction. Bitter, bitter as I drug myself. Welcome… you have just arrived. I will teach you how to be a sinner, with desires that will target to persuade you into good luck tasks.
I will be free, but as I convince you to cash me up, please don’t bother me. You made me feel sad and poor and dirty and inhuman. No!! Never underestimate me and my powers cause I would have taught you how to denounce a girl under a boat, a sin in heaven, a necessity of a saint, the soccer of my mind. I knew how to play. My veins run with exhasperation as I, me, myself and his friend run trough the mountain with desperation, which causes me a armoring desperation and inhalation. I made a fool of you, and then I breathe. Deep.

Wednesday, June 01, 2005

Incancellabile

From Singapore to my love,

She lives in the 23rd and 7th and I live in Uxbridge. This is the place where I don’t spend my time, but as I own a house here, I say I live here. She works in Vogue, as editor. Instead, I think the media is an interesting option but related to finances and economics. She got mad when I rejected the LSE proposal, but I really prefer Bloomberg. Although I’ve always wanted to be a broker, but meanwhile I live happy.
Today I am in Singapore, tomorrow Buenos Aires, maybe Toronto, sometimes in Moscow. But what I really know is that when weekends approach, I already have a reservation to get into the Apple. That is the moment when I think I will have a lot to share and to do in that Island. You see? The both of us live in islands, it is a coincidence. Who knows?

Irony is when she calls me the American that lives in Europe and I tell her my cosmopolitan European living in the City. Actually she gets mad because she doesn’t work for this magazine. We go out, have a drink or book a holiday to Mexico, where my family lives. This is when she is funnier, because of her Italian pronunciation. But who cares? I find it a little bit sexy, really.

Anyway, this weekend she went to Tobago for a modeling summit. And I know I’ll be in London, my cosmopolitan city where I decide what exists and doesn’t. Maybe I’ll go out and have some drinks in Covent with my friends, try to be different. Try to go out of routine, trying something new which would make me single once again.
Or shall I stay in home and have an intimate moment to get the peace I lost when I got twenty. Maybe this weekend I must avoid being Posh. I should call family. Perhaps visit them. Perhaps stay in New York at her place. What can I do?

Dear Clarissa, I know you may be reading this and may be laughing. Don’t tell your parents my mischief and discourage shameless attitude. You know I love you. Have two cosmopolitan martinis and take pictures. Adiós.

I laugh because I’m sick. I have a cold. I barely can speak, I ‘ll meet you today but I’ll be in silence, we will be in silence just there to appreciate each other smiles, body, and soul. I just want to be looking at you and believe that I read your thoughts. Clarissa I love you.

Today I am in my country, my beautiful weather, my fellow friends, my true hugs. And you are there Clarissa, you smile and you enjoy the same thing. You know they are part of your family and you understand.

Today I don’t know where I am, but I live without uncertainty because I know she lives in the 23rd and 7th and I live in Uxbridge. I know she will come to me, I know she looks forward us. Independent, aversive, pervasive, odor, company, equilibrium, host, Mrs. Dalloway.

Saturday, May 28, 2005

El número de Anatolia

Querido Normand:

El jueves pasado crucé el condado para visitar la tienda que dijiste. Intuyo que hay un error pues el nombre del establecimiento era “Florint Brothers Ltd.” como me habías dicho, pero se encontraba en un sótano y no en una esquina. Posiblemente fue error tuyo, ya lo aclararás. Lo encontré, o al menos creo eso. No lo sé. Era el libro que estaba en la esquina del último estante. Su título era « Collection de non connaissance et autres choses d’érudition et mysticismes » . Lo abrí en la página diecisiete, y en la esquina superior sólo vi una vírgula con una flecha hacia el norte, mi hemisferio derecho dice que es número de Anatolia. Pero no lo copié para no tener tentación.

Lo más importante fue el epígrafe, en su faz se esboza una dedicatoria a lápiz. “Lucca: No lo abras en la 51, pues 5 y 1 es 6 que entre 2 es a 3 que por 17 es 51 con 2 dígitos como 17. De lo demás no lo esperes, y arranca la hoja sin abrirlo.” Seguramente Lucca sabía del número de Anatolia y su vírgula, por eso lo escribió allí. No abrí la 51 por miedo, pero si la trasera 52. ¿Si está la 52, está la 51? Entonces hace 153 años, él no lo hizo, y si lo hago yo ahora se triplica ya no es 51 es página 153.

Me sopló un viento en la cara, y así se cambió de hoja el libro de amate. Había una página 152-B y una 150. El libro era bipaginal, así supe que la arrancó. Estaba en Hindi, y sólo decía “You must not know the word Ekater”. Se repetía en planas y planas a lo largo de ambas páginas. Y mientras leía la e, subió por mis manos. Las sacudí no podía quitármela, la k, la a, la t, la segunda r y la r estaban en mí, en mi piel y se podían leer. Por mis brazos cruzaron a mi pecho, subieron a mi cuello, se posaron en mi frente. Y creo haberlas sentido dentro de los ojos. Mi visión era de aquélla, mi pensamiento era el mismo. Y así me desmayé.

En lo que restaron los siguientes días, no recordé nada. Aún no recuerdo más que el espacio negro. Quizás una semana, quizás más. Te escribí a Buenos Aires pero no contestate, te ecribí a Londres, a New Jersey y no contestaste. Y ahora sé que tú me mandaste a leer el libro y a hacer el otro. Ahora sé después de hablar con Comptesse Labardie des Champse y de leer Le consigne poderose. De saber del caballo islándico, del vinagre y la leche y tu casa en Lombardía. Ahora sé de Iolande Hallosmith y su roca llorante. Ahora sé, demasiado sé y sufro por ello sin saber hacer nada, sin poder compartirlo por habitar aquí y no saber balancear la filosofía mutefa.

Querido Normand, ya entendí lo que me trataste de decir. Perdona por mi estupidez, estabas conmigo y lo evité, estuvimos juntos y tuve miedo. Pero, ahora te escribo para que revivas, te acerques, escribas, respondas a mis inquietudes. Ahora sé de más. Ahora sé por qué te mordiste el labio en el elevador y dijiste, no tengas miedo que no pasa nada… pausa… ahora. Y ahora quiero que pase. Tengo ekater en los ojos y tu retake.

Hoy pasó Flirto, lo ví en sus ojos y me señaló. Bajé la mirada. Pensé en el Principia Matemática. En Keynes, en la Mona Lisa, en Jesucristo y al final en el David. Aparece Normand.
Aquella biblioteca cambió de lugar de Matthew Street a Wivenhoe Old Rail Road. Piensa en el tres imposible, en el cuatro imprescindible, en el cero posesivo, en el aleph.

Me desvestí enfrente al espejo, con miedo de reflejar el sustantivo y así me tallé los ojos y desaparecí.


Saturday, May 14, 2005

Lluvia Capítulo III por Sara D. Hidalgo


3.

El sabor de su boca era indefinido, vago, apenas perceptible. Supuso entonces que esa era una de las marcas infalibles de la felicidad. No tener sabor en la boca, la saliva fluyendo como si así de fácil se digiriera, la boca lo suficientemente húmeda como para no sentir la terrible asfixia de la sed, pero no lo suficiente como para notarlo. Las manos, la piel, los labios. Todo humectado, todo en una prefecta comodidad (esa comodidad que da la disciplina, la voluntad, el amor propio), las piernas suaves, la cara limpia, los ojos sin bolsas y sin ojeras. El pelo suave, blando, manejable. Los pequeños reflejos que le daba el sol brillaban con más fuerza, los molestos ondeos que se asomaban al medio día hoy parecían cumplir con una armonía nueva que le brindaba belleza al todo (y entonces pensar en el todo y sus partes de Marx, en el circulo dialéctico, en una filosofía inaplicable para después regresar al espejo, a los lunares y pecas, al análisis cuidadoso del ser). Las cejas. Era sorprendente. Todo lucia una alineación nueva, todo era algo distinto siendo lo mismo. De alguna manera todos los órganos eran los mismos, pero parecía como si algo en ellos hubiese cambiado, su función, su papel, su puesto en la vida de Constanza. Era eso. No podía ser algo más. Soy feliz.
Y entonces el espasmo del miedo regreso, y ella sabía que su examen visual era ya una advertencia de la inseguridad que le causaba el sentirse por primera vez feliz. Se sentía atacada, invadida. Algo nuevo había llegado a descontrolar el orden de su vida, el estado de las cosas que, aunque la mantenían insatisfecha, cumplían con la estratégica función de no perder el control, de no volverse a dejar llevar, de no airearse de vivir en un mundo que no le pertenecerá jamás.
Cuantas veces, en mañanas como éstas, no había sentido la pesadumbre de un día mas, de la obligación inocua de mover su cuerpo, de vestirse, comer, salir, hablar, sonreír, regresar, dormir. Cuantas otras no se había levantado con un sentimiento de incomodidad generalizada, con una alerta sistémica de su cuerpo que anunciaba que algo estaba mal.
Y sin embargo, ahora que por fin se sentía ligera, ahora que sabía por primera vez hacia donde ir, algo en ella la detenía. Paradójicamente, aunque podía ver las cosas claras, se sentía inconsolablemente confundida; existía aun una brecha entre ese sentimiento de bienestar y su propia naturaleza. Simplemente no era ella, y antes de que acabara su cita con el espejo, se había decidido ya a terminar con aquel intruso que la invadía.

Lluvia Capítulo II por Sara D. Hidalgo

2.

La vida la había tratado bien, pero Constanza era demasiado romántica, idealista o perfeccionista para darse cuenta. Siempre quería más, siempre hacía planes que deshacían y anulaban los actuales, siempre buscaba, sólo buscaba, buscaba (como en el poema de Sabines). No era orgullo. Era una especie de orden interior que le hacía saber que la vida podía dar más, que el amor podía dar más, que ella misma podía dar más. Aveces se perdía en aquella búsqueda, y se extraviaba de ella misma, de sus ideales, de su esencia. Pero aquella tarde no fue una de extravío, sino de ganancia, de encuentro. Había encontrado la manera de ser feliz. Y dicen, los románticos como Constanza, que la felicidad es como un golpe a la cara; que no hay un dolor más penetrante que el que uno siente al reconocerla. Irónico. Las horas se deslizaban de su vida con un tinte de nostalgia y añoranza a profundidades recónditas en las que solamente gente como Borges o Mozart habían indagado. Buscaba una vida mejor, y si, en momentos de locura y reflexión, había aceptado estar en busca de la felicidad. Y ahora que tenía la certeza de haberla encontrado, no sabía muy bien cómo actuar, hacia dónde voltear… y pasó la tarde soleada en busca de gotas de lluvia, de sonidos del verano, del olor penetrante a tierra mojada.

Lluvia Capítulo I por Sara D. Hidalgo

1.

A Constanza Prado le gustaba ver la lluvia caer desde su ventana. Existía en esos momentos todo un escenario sensorial que disfrutaba como pocas cosas en la vida. Podía pasar tardes enteras frente a las gotas de lluvia, vistas desde un cristal transparente, caer una a una contra el piso, contra los muros, contra las hojas verdes de los árboles. Caer como rebotando, como escapando apresuradamente de algún demonio celestial; todas corriendo a la vez, todas cayendo con la misma presión y velocidad. Y alguna tarde valiente sacar un dedo, la mano entera por la ventana. Sentir el agua caer fuertemente contra su piel, las gotas de agua como enojadas, como si quisieran golpearla. Después meter la mano, sacudirla para secar los inofensivos rastros que la lluvia dejo y sentirse acogida por algo, por el techo, las paredes, la música que suena ligera al fondo de la habitación. Sentir las pequeñas gotas que permanecen en sus dedos y contrastar la sensación con el resto de su cuerpo, que se mantiene seco, cálido, casi indiferente ante el diluvio exterior.
Pero sin importar la música de fondo, que toca a los Beatles o a Roberta Flack, la melodía que la lluvia produce es inigualable; es una constante oleada de notas de emociones difíciles de discernir. Entre ellas, se adivina al enojo, al amor, a la nostalgia, a la decepción. Se entre escucha la felicidad y hasta el aburrimiento. Pero aún así, existe una nota predominante: la de la tranquilidad. Entre la enorme gama de variaciones y contrastes de sentimientos que la lluvia conlleva, la tranquilidad juega el papel de la envoltura, del forro final que encierra al resto. Es como una especie de funda que integra a todas las emociones de manera armónica. Al odio con el amor, a la ansiedad con la calma. Articula cada una de ellas con un orden casi lógico y científico, con una secuencia insuperable. Porque a pesar del apresurado ritmo que las gotas se esfuerzan en crear, existe una concordia integral que inevitablemente tranquilizaba a Constanza. De esta manera, podía despertarse en ella cualquier emoción; podía incitar a la melancolía o al deseo, pero siempre con un trasfondo tranquilo que articulaba y equilibraba cualquier otra sensación. El continuo caer de las gotas resulta una experiencia sonora consoladora y casi sedante.
Pero nada de lo anterior supera al olor que emerge de la tierra tras un lapso de lluvia. Después de un periodo de tiempo razonable, el agua logra inmiscuirse por dentro de la tierra y las hojas. El olor es indescriptible: frescura, humedad y naturaleza predominan en el ambiente. No había, para Constanza Prado, un olor que superara al de la naturaleza mojada. Este era el olor de la autenticidad, de la melancolía y del amor. Este era el olor de la creación, de la vida, de las ofertas a la felicidad. Era un aroma que se impregnaba a su ser, que la hacía contagiarse de todas aquellas ideas y sentimientos que el olerlo le sugería. La lluvia termina, el olor emerge y permanece por unas cuantas horas. Entonces salir a caminar, echar un cigarro y fumar de a poco, mientras piensa y siente y confunde a su vida con la lluvia y a la lluvia con lecciones morales, con decisiones precipitadas, con consejos anónimos.
Era aquel un día 12 del mes de agosto. Sin haber caminado por más de 20 minutos, ya sentía Constanza la necesidad de parar, de encontrar uno de esos parques que abundan en la Ciudad de México, de adueñarse una banquita de concreto y sentarse a fumar uno de los cigarros mentolados que había comprado el día anterior. Quería parar para saberse en control, para confirmar que era ella quien había caminado tanto tiempo sin cambiar de dirección. Asegurarse que sus pensamientos no la habían abrumado aún, que su estado metal era lúcido y claro. Y atravesó un camino de piedra caliza, de esos que en primavera se ven tapizados de la flor morada que la jacaranda arroja, pero que ahora era sólo un camino de piedra caliza, mojado e ignorado por los peatones que caminan con prisa, siempre hacia algún lugar, siempre hacia un objetivo bien delimitado. Al poco tiempo encontró uno, uno en el que ya había estado antes, un parque angosto y largo que más bien servía como separación entre dos avenidas grandes y altamente transitadas. Pero Constanza no se detuvo. Lo atravesó sin verse tentada a quedarse, aunque sea para relajar su mente unos minutos. Le asustó sentir que estaba siendo controlada por una parte desconocida de si misma, por una parte ajena a su mente, siempre tan controladora y planeadora. Para asegurarse de que no fuera así, sacó un cigarrillo mentolado y tras darse cuenta de que aún era ella la que mandaba sobre su cuerpo, lo encendió y siguió caminando. Llevaba consigo una mirada firme, y creía por fin saber hacia donde se dirigía.

Friday, May 06, 2005

Le cose che non dici

Antonio viene da Milano, labora là.
È triste e un po pensativo.
Ha già mangiato, e ora scrive
Che cosa?

Oggi parlo in Italiano, è per nostalgia. Non voglio dire niente. Non voglio parlare. Niente mi piace. Non posso restare cossì. Anche tu sai la mia situazione, anche tu sai che ho paura, e della mia convergenza. Abbiamo un segreto, e veramente voglio sapere se tu vuoi anche, perche abito disperato senza dire niente, senza parlare nessuno. Ho una sensazione d’aspettare. Che? Non, lo so. E quando mi sveglio penso... e non posso dire. Non posso vivere tra te e il mare. Quello che tu senti è da vero, non credi che lo scherzo è. Non lo è. È il nostro segreto. Shhh!!!! Sbaglio tropo spesso.

Ieri ho ballato, da me, solo da me. È cossi, sessuale. Ascolta! Canto in DO! Sto nel campo, nella montagna alpina. Solo anche, ma non penso in questo. Andare via, partire un anno, nella notte. Ho bisogno di andare solo. Questo iulio andrò à Parigi. Aspetterò là, nel quartiere quattro. Sogno ti vere, prendere la tua mano, il baccio.
Piango... perchè è solo un sogno.


Antonio

Tuesday, May 03, 2005

Vuelo

Cuando me llueve por las noches, no entiendo la capacidad de ninguna persona. No entiendo la situación por la que vivo. Pero si en las noches es fresco entonces puedo pensar más en la situación que la noche anterior no me dejó dormir. Por eso siempre escucho hacia el norte, para mentir una mejor recepción y para orar hacia Dios. Y aunque encuentro estas contradicciones no puedo dejar de actuar. Mi actuación es tácita por el mundo, si yo sólo me autodescubro y dejo entrever partes que me convengan para acentuación con el tercer. Así me declaro y me declararé buen actor, encerrado en la máscara de la soledad, del solsticio de la vida que a veces me cansa pero me hace seguir por una vereda especial.

Recorro el mundo con una prisa súbita que no me doy cuenta del balance a seguir, del interno goteo de sangre que corre con determinada derivativa. No lo puedo explicar en ese seguir, en el sentimiento de tortura, de auto tortura. Por eso no me baño cuando la luna toca mi pecho y cuando la marea del río en mi ventana marca un nivel taciturno, de izquierda a derecha y llena mis sentidos con aromas no agradables. Así propongo una desilusión, una desconcertación e incertidumbre a la vida que tendré cinco minutos adelante.

A mi manera, te sigo en mi revolución diaria, para poder mostrar tu interacción hacia el cinturón. Te plazco a ti vida de la vida en conjunto a mi ser. Te plazco porque sé que así eres radiante y soy oportuno ante tu faz. Así pues, comento mi ser, acaricio el viento y vuelo en la pluma de un cóndor que hasta a punto de morir, quemarse y renacer.

Monday, May 02, 2005

Bien... l'alternative en train.

En 15 minutes, j’arriverais à Colchester et ma tête resterait. Fatigué, je suis fatigué de vivre beaucoup des choses à faire, à suivre, quelques fois à copier. Ne pense pas en rien ! Ne pense pas !
L’estomac fait des sonneries. Ce serait mon imagination ? Ici… Romford. Tu sais… j’ai froid mais pas pour l’hiver, mais pour le peur de non savoir aimer, d’être seul. Chaque fois que je regarde des humaines, mes hormones commencent, mais il n’y a de future.

Shenfield….. L’image que tu as de moi e seulement une façade, un miroir que j’ai cru dans l’imagination de les circumincessions. Bien que je me remettre à être rien pour toi ou a faire la reforme.

Chelmsford. Et alors, si je ne sais pas aimer bien et être à ton disposition, il n’y a de concaténation des actions entre nous. Pour suivre une vie ensemble. Mais je t’aime beaucoup mieux pour te dire vraiment mon intérieur. Tu sais ? Je chante comme ca: “Chi si è pentito chi mi ha baciato Buonanotte a te Buonanotte a te”.

Kelvedon. Et maintenant... moi, je ferme mes yeux. Tu es la, en train de rire, le soleil te fais rire. A cote du lac, c’est lui. Et tu n’es pas plus mon destination, c’est l’autre personne. Alors, tu n’avais pas la réalité, parce que ta vie est perfective.

Et alors, the Hythe, sept minutes. Le taxi sera là. Arriverais chez moi, je vais rester de vivre, d’être. Pas d’accélération. Dommage !! Hatfield Peverol. Est-ce que le taxi restera là? Et toi… tu dors. C’est l’éternité, c’est l’incertitude. Ou est ce que le train va ? Ou ? Ou ?! SILENCE ! Witham encore !

Je suis nerveux, le peur, le froid, le taxi. Tous ces choses mundas, et la vie… Arrête. Le train sans mouvement. Un, deux, trois… L’odeur de ma bouche est comme la peste, rien mangé aujourd’hui. Rien… l’estomac, et le temps se trouvent en mutualisme. Rappelle moi-même de mon pere en train de dire des choses de la gastrite. Ça fait male. Et mes mains avec soudeur et poivre. C’est Ça !!! Je suis poivre, avec de la faim. Ah !!! C’est infinité ce question….

Le dernier… Marks Tey… et 5 min s’il te plaît. Vraiment, j’espère que mon ami sera là, pour lui dire d’aujourd’hui. Il me comprend. La bonne amitié. Attends !!! Ecoute !!! Colchester !!! Prend tes choses, c’est l’heur. Le plus ancien village de la Bretagne…. Arriver…. Arriver…. Arrivé.


Saturday, March 19, 2005

my anglosaxon side

Shall we think of my vulnerability? Of the situation of reprobation where I find myself and I feel foul, a personal sickening? It’s tacky. Let’s think about the music. Passion and masturbation in a deprecated human. I don’t follow the path but I wish I can take that metaphysic gate.
If you ask me about my neighbours, I may puke… about my life and … I may deviate the conversation, about the others and … I’ll stir my tongue. Yes! This is the way my feelings go when I feel a zealot of myself. Egocentrism? May be, but then is when I knock to your door and I discover this human side.
I remember when I used to go to the sea, see the sea, see the seagulls, sea the seaside. See, see, see. And settled there gazing at the sun, coming up and thinking about THE WAVES. Yes Virginia! Then I fell asleep in a turbotunnel straight to the sun, to the macrocosmos and felt really hot, hot 40, 100, 250, 800, 951, 10 000, google C. I was so sun, so an excited electron, so me. In this condensation my trip to earth was in minutes and then I fell down in the stratosphere. I liked it when I went back in a flip of an eye. My face is rushing, is red, is tearing my eyes.
Then in America, I didn’t know which crocodiles would come after me if Mike would have chosen the same situation, and joined me. Cheers!!!!! Stopping the train just to get over him. Yes, and I wasn’t kidding. Was I living there inside of that medicine capsule, where you pushed me?
I whistled that same night…. You know why? Because you told me to. Because I believed in that fucking connection in a perpetual movement, which violated the physics suggestions. Indeed I whistled just to open the breach of that same constellation. U know what I mean? ASIMOV does.
And those standards…….
The day we where in Johannesburg, well, we weren’t there… Auckland? Does that tell you something? Molina!!!!! Yes! Hole! Yes! Sex! My domain was restricted and I perpetrated it. That was my revelation of revolution and solitude. Death and forthcoming, and living depressed in a stress that loved my situation. The reverse intuition didn’t consider that fault of politicism. U see? TOK TOK
Hating you makes me feel in March, now it is. March it is. Indeed the sun is coming once again and I fall down. He does not know what’s happening, me Tran scripting through him. Ten hands, they have already touched me. I hug him, touched him as well, had sun with him. SEX WITH LOVE, no globe. Guilty I am for those perpetrations.
Well don’t forget me, nor my roots, not those winters, forgotten winters, don’t call me and let me feel silences, don’t call me. Although I am a dog, wet dog Ill bark and bite those implications when you start the end. Mmm… this is it. Gone and gone and guns with me, you don’t know now anything about me. Sad it is. I will come back later, and tell you my truth. Read the paper please.
My fucking vulnerability would allow me to disappear, and so I’m doing. Now… Now…. Now… its gone.
gone
gone

Thursday, March 10, 2005

La cioccolata si mangia con te.

Tan pronto como despertó, de un zarpazo se levantó y escribió con pluma fuente. Estaba mareado, demasiado intempestivo y esporadico. Y con una sed fugaz de expresar sus ideas, su visión y ambición apuntó:


P:

No es tu nombre para mí con D ni P. Es con B. Ayer intuí por qué la afección, la conexión, el flash de primera vista mientras bajabas del autocar. Tu sonrisa prepotente y tu mirada elevada. Un apretón de manos y manos a la cintura. Allí no supe, ahora lo se. ¿Ya leíste del otro yo, y de mi y de tu? De la noche de las estrellas, las soirees con la aurora boreal y el plan a futuro, recuerdo el brillo de tus pupilas. Las interjecciones que eran cacofónicas para todos, y yo las cincele en el deseo de verte. ¡Qué de mí si te veo! En verano mejor…
Y tú entiendes, porque hoy pensé en el futuro. Entre las líneas de mi mano estás tú y algo más. Esta mi continente y el tuyo. Las islas británicas, qué decir.

Te llamo mañana.No ocupes tu teléfono.

A.

Send.

Después de la ducha, el rito de cada mañana. Salió y tuvo su día sin recordar más. Sin embargo, la seguridad se percibia. Él era y es feliz por el hecho de saber de P, o más bien B que le correspondía en la distancia. Él estaba contento. En clase de Econometría se sentó a escribir:

P:

Enfrente de mí está tu sombra. No pienso en ti frecuentemente, más hoy lo hago. Te necesito abrazar en mi mente. Tú en otro continente, me place la idea de dos horizontes paralelos en diferente panorama y visualización. El equilibrio vendrá a su paso.

A.

Send.


Y ella llegó. Cenaron juntos, era un juego, un entretenimiento. En realidad no era Ella, era otra persona P. ¡Qué actor tan bueno eres! Te felicito, te suplico no hieras sus sentimientos, ni el de tus amigos, ni el de tu familia, ni los de P, ni los tuyos. Llamó por teléfono, contesto P y su corazón se estremeció. Taquicardia. Colgó y marcó de nuevo. Taquicardia y una conversación de una hora, que no tuvo tiempo, ni espacio. Colgó, leyó el final de Dialógos de Platón y se preparó un Fondue au Chocolat. ¿Sabes, la vida de A estaba completa y segura, porque a lo lejos, dentro del otro continente estaba P, o más bien B?

Monday, March 07, 2005

"L’oublie s’apprendre" par Deidre R.

Correr. Correr. Concentrarse. Bajar las escaleras y correr. Llegar lejos, lejos, lejos. Pero el frío… No pensar en el frío. Apretar las manos. No, frotarlas mejor. Pero es difícil frotar las manos y correr. Correr: talvez todavía sea tiempo, talvez, tiempo, talvez.

Pensó que la alcanzaría. Pero este frío…

(…)

Despertó con ganas de llorar, sólo y con ganas de llorar. Después del primer desconcierto (después de voltear la cabeza sobre la almohada caliente y tallarse los ojos hinchados) recordó por qué…

Llorar – pensó - era un acto de relativamente poca complejidad. En su contexto bastaba contraer los músculos y dejarlo brotar. La idea en su mente de ríos de sal escapando de sus lagrimales abiertos le dio asco, y yo no conozco la razón.

Todas esas ideas divergentes del motivo de su llanto le llevaron a tranquilizarse. Se dio cuenta de la utilidad de su distracción que ya antes le había salvado de entender. Entender la Metafísica de las costumbres, el desarrollo de la Revolución Mexicana, la glassnost, y en ocasiones convenientemente la literatura (para él todas las muertes eran como la del principito, un regreso a casa). Perdido en sus ideas vacías y reconfortantes intentó alejarse más del llanto.

Pensó en las partículas del polvo que brillan a la luz. Contó las marcas del mármol en el piso. Intentó recordar a detalle el cuerpo aterciopelado de las abejas que le producía escalofríos. Como pica el pasto mojado a los pies dezcalsos y la sensación de la arena en el traje de baño. Cerró los ojos y buscó entre sus recuerdos más recientes los momentos más intrascendentes.

Horas después (muchas horas), completamente absorto en tanta inconciencia (dicen algunos, pero talvez no) olvidó incluso por qué había empezado a recordar. Pensó en lo afortunado que era de guardar su nombre con tanta certeza porque entre tantos recuerdos podía perderlo. Pensó en María. Se paró de la cama movido por un impulso repentino, sintió el frío y unas ganas incontenibles de correr...


(…)

Quería abrazarla, hablarle sobre las 19 horas que había pasado en su cama pensando en lo ínfimo y olvidando el mundo.

Salió de su casa.- Correr. Correr. No pensar en el frío. - ¿Hacía dónde iba?- María, - intentó recordar – vive más allá del parque, estoy seguro. ¿O no?. – Caminó sin rumbo unos minutos… - ¿Cómo pude olvidarlo?.

Él no lo sabe, pero en olvidar, había olvidado incluso que ELLA ya no lo quería y que el día anterior se lo había dicho con las palabras más tristes, antes de subirse al vagón y verlo hacerse pequeño en la estación del metro en que se despedían cada noche cuando se resignaban a perderse por algunas horas .

Parado en mitad de la calle, sin conciencia de su mundo, sintió los primeros vientos de los que sería una noche helada. Se llevó las manos a la cara y empezó a llorar, lloró toda la noche y todo el día siguiente y el próximo, todo el mes y todo el año y nunca pudo recordar que una vida normal no se vive llorando.

Enero, 2005
VDRR

Saturday, March 05, 2005

"La pared invisible" Per il mio altro io.

Cambia
Ieri ho capito che avevo una prerogattiva.
Ma ho dimenticato cosa puo fare, perche sono con sogni.
Spesso penso en te, l'historia che vive e che posso revivere.
Il mio cuore non e rosso. Tu hai spento i miei luci.
Il mondo ha cambiato. Avevo paura.

Change
The stimulation of my neurons is automatic. It is my stabiliser.
I can continue as a standard individual, but the threshold is nearer
and my willings queue towards it. The thresholds and my milestones
which hiddenly showed the excitement of the last 3 years. I had fear.

Cambia
Inestabilidad y estabilidad. Momentums que explotan y regresan cada vez diferentes.
Ahora me siento mas fuerte. Creo en el destino que me depara. Grande y exquisito.
Sofrio mis valores, sazono mi moral y estofo la meta de la verdad.
Muchas opciones desencadenan en la apetitosa carrera. Si. Tenia miedo.

Change
Et au'jourd hui oui... penser et penser... et faire des actions, des autocriticismes.
Se moquer des autres, aider mes confabulations et ajouter la presentation des activites
en chaine que se sont passent. Toute et tous pour le future, et pour suivre les etoiles et por
etre en train de suivre la prochaine decene de jours. Dieu, deux mil et quince et moi.
La famille, la sancte, la bonheur... au'jourd hui j'ai peur, moins peur, peur avec la masque.
Masque que CHANGE et fais ma vie. J'ai la prerrogative evolutione. Merci.

Thursday, February 24, 2005

Escrito en papel negro



Con tendencia fútil. Tú en el Opus Dei. Amigo, despierta… Encontré en aquel anuncio el código “Catorce”. Espera, no te preocupes… no esta desarrollado. Si no vas, no pasa nada.
Terminaba con tipografía “a” y empezaba con la palabra “se”, al cuarto párrafo la tercera palabra era esdrújula con ausencia de tilde. ¡Qué más! Búscalo en el tomo IV, sí allí va a estar pero no esperes tenerlo a simple vista. Sólo observa. Si lo escribo, ellos lo rastrearán y podrían robarlo, por eso escribo en papel negro. Bórralo en la memoria y consigue acceder.

Wednesday, February 16, 2005

De Wagner y otros extasis

En el renacimiento del sol, ella volteo con una sonrisa amarilla en el rostro que no semejaba a Venus, pero reflejaba el color plateado de la constelación de Orión. Y pensaba en ir a Beax Artes y presenciar por quinta ocasión el Anillo del Nibelungo, para soñar con las estrellas al escuchar la Valquiria. Se excitaba ella. Pensaba en el fuego estelar que la acobijaba en aquellos lugares recónditos y estupefactos que solo ella había descubierto a través de sus viajes.
Solo cerraba los ojos de miel y pensaba en sus manos acariciándola por el cuerpo. Esas manos que bajaban por sus senos, por su abdomen, por su ombligo y que poco a poco acariciaban su clítoris mientras se escuchaban suspiros de éxtasis. Júbilo estelar.

Saturday, February 12, 2005

Ganado

Con mis alpargatas rosas y mi espíritu taurino caminaba sin amor por el lungofiume del Tevere. Mi mano en la bragueta y en la otra un cigarrillo. Encontraba monotono el momento, pero disfrutaba con paciencia el seguir de mis pasos y el olor a lixiviado de las calles vacías. Me traicionó la apatía para decirte la verdad que oculté en mi niñez que ahora renacia con un significado de amor no erótico. Tu cuerpecillo de gitana, tus manos frías, tu sonrisa al jugar. Aquí llueve… pero saldrá el sol en solsticio, en una estación en la que esperaré encontrar tu carta no abierta más mojada por lágrimas que por sudor.
Las manecillas decaen en mi muñeca. Es pesado. En diferentes meridianos, rompemos la inexistencia de la ubicuidad. Te dije el futuro de mis anhelos, el pasado de mis aprensiones y el presente de mis desconfianzas. Y tu… El frío me pone de malas, el viento me coquetea en mi vuelo taciturno. No soy uno de esos amantes... no sé llorar. Perdona

Sunday, January 30, 2005

Vinagre y Leche

En el camino peatonal de Manningtree a Dedham, pasamos por la iglesia de Santa Maria de la Virgen. Allí yace su cripta, junto al viejo ocre donde claramente se podía apreciar en su esculpido precario: “Iolande Hallosmith, who fell in Jesus, Dedham, 1776”. Al lado se encontraba una figurilla de un cáliz y una manta esculpida en piedra y que si se observaba en cierto ángulo semejaba la cabeza de algún santo tapada por un turbante. Claro está que la magia emanaba el lugar, con los coros celtas provenientes del interior de la capilla y la brisa que pegaba en las mañanas frías del invierno inglés.
Jennifer y Gieve Matthew se habian adelantado para cruzar la caballeriza que se trovaba al lado. En cambio, yo entré al recinto protestante y me persigné. Hice la señal de la cruz, me hinqué y recé. El templo era grande y me recordó a Lutero, a Enrique VIII, a las salas hipóstilas, a Elizabeth I al olor del incienso de mi pueblo en Santo Domingo. Al calor del carbón y la sensación de magia. Fui otro en mi imaginación, pero duró poco. Había que seguir el camino.

La ráfaga de viento sopló sobre mis venas y me dejó petrificado en el cementerio. Una vista, una fotografía donde existían árboles viejos, pero sin ramas y la nieve que comenzaba a caer sobre el lodoso y verde camino. Cruzamos tres campos de ovejas, sin cruzar palabras. Sabíamos exactamente a donde nos dirigíamos y encontrábamos las señales de los círculos verdes en cada kissing gate que traspasábamos. No hubo palabras, ni gemidos, ni gestos. El frío atravesó mis venas y me lleno de adrenalina que aumentó intempestivamente conforme nuestro nuevo piso se transformaba en las vías del tren. Venía, venía, se cimbraba el piso. Esperamos, y fotografiamos a nuestro alrededor pero nunca llegó. No se veía, ni a la distancia. Estaba dentro de una película, no del lejano oeste, no de hollywood, de la imaginación. Me agaché y puse la oreja sobre las vías, era una concha que anunciaba el paso intrepido de una posible muerte, un ritmo escandaloso que aumentaba cada centésima de segundo. There. Desde que lo vimos aparecer en el horizonte hasta la tierra que pisaban nuestras agujetas fueron 14 segundos. Tres vagones que pasaron en 3 segundos y el silencio volvió a reinar. La adrenalina cesó y se transformo a la alegría con una hebra de frustración.

El caballo islándico estaba allí. Café, bajo, chaparro, ojos grandes y llorosos. ¿Señor por qué estás tan sobrio? Mi alma sincronizada al bello animal que trataba de decir algo, pero que no quise escuchar. Y me lo pedía. Me siguió, me lamió la mano. Sólo iba cabizbajo y entonces el misticismo, el círculo me hizo hablar. – Ekater, friend of mine, it is my consequence to stop my fate. I cannot explain the 4th qlot, balance this words and philosophy would come. Silencio. Me tape la boca con la derecha y con la izquierda, la derecha. Jennifer y Gieve Matthew solo asintieron y por un instante miraron al cielo y dijeron:- It is red.