La luz es rosa en London Bridge

Que me das que te doy la carta. A que si te llevas un susto, a que comienzas a escrutar respuestas. A que no te das cuenta de ello. A que no te atreves. A que ahora si quieres ser feliz. Y a que no puedes.

Me sente en la silla morada.... al umbral de la luz.
A la orilla del Tamesis, a observar la luna y St Pauls.
Eran las 3 AM. Y bien la ciudad no dormia.

¿Platicaba acaso con el fantasma o con la imagen ideal?
Y ya lo habia esbosado el momento, compartir, envejecer.
Y asi platicaba con el fantasma y con o con la imagen ideal.

No, sino que me desperté y estaba en un barranco. Solo y sentadito. En verdad es que no había nada y solo había sonado y me había viajado en mi cuaderno borrador. No escrutinaba nada en realidad y solo escurrió una gota de sangre que tampoco en realidad me recordaba nada mas que a la virgen de Fatima.

Así continué mientras observaba sangre y el vapor de agua que salía de boca al respirar. Fumaba. Eran las 4 AM. No leíste la carta . A que sí. A que si no hubieras venido. A que ya no siento nada pues hace mucho frío. A que sí me importa mañana. A que ya estoy acostumbrado y a que a tí no te mueve nada. Fumo más.

Y yo que había corrido desde París en mi prófuga distancia. Y tu no te apareciste. No leíste la carta. No te culpo. Esperaré aquí y a que no sabes lo que te hubiera dicho. No te culpo. Son las 4 AM. El tiempo no pasó.

La luz en rosa en London Bridge. Tu no viniste.